Por Adonaís Jaramillo Cárdenas del Colectivo Ambiental de Antioquia
Cuando toda la ciudad esperaba ansiosa que la decisión que habría de tomar el alcalde Alonso Salazar respecto del combustible para mover el Metroplús fuera la hidroelectricidad, que es la más adecuada por ser limpia y además la principal fortaleza de Antioquia, se optó finalmente por el gas natural que cada día está mas caro, que contamina y del que somos dependientes, porque lo tenemos que traer de otras regiones que lo producen.
Los argumentos presentados por el gerente de EPM Federico Restrepo para recomendar al Alcalde, quien en todo momento fue partidario de la hidroelectricidad, el empleo del gas para mover el Metroplús, no son suficientes para la ciudad, ni para la academia que había madurado los suyos entre las distintas opciones presentadas.
La argumentación de EPM no es coherente, y más cuando pone en duda, con la recomendación que hace del gas, su propia fortaleza, porque recomendar un producto que agencian y no el que producen, no solo suena mal, sino que, en este caso, huele mal.
Y es hasta feo que Antioquia -y esta empresa que aún sostiene el prestigio del Estado por la eficiencia en la prestación de los servicios públicos- muestre su incapacidad para hacer la recomendación adecuada -distinta de la plausible que ofreció- en un momento en que la ciudad reclama sindéresis de sus gobernantes frente al agobio de la contaminación.
La ciudad no va a perdonar a Alonso Salazar si acepta este consejo, que se solventa con consideraciones marginales, porque la ciudad tiene el deber de darle ejemplo al país casándose con la energía limpia, con la hidroelectricidad que produce en abundancia, y que, por paradoja, desdeña ahora EPM
Medellin podria ser una ciudad pionera en transporte limpio pero intereses mezquinos no lo permiten.